domingo, 26 de diciembre de 2010

El destino trágico del Clown...¿o no?


Este excelente escrito es parte del libro "Desde Mi Payaso, Cuadernos de Navegación", escrito por el Maestro Jesús Jara Comprar el libro
¡Queridos hijos y queridas hijas de Augusto!
A lo largo del tiempo he conocido gente diversa que habla de El destino trágico del clown. Argumentan que el clown es una persona que, sin pretenderlo, sufre calamidad tras calamidad y, poco a poco, se convierte en blanco de las risas del público, a su pesar y precisamente por su cadena de desgracias.
Entiendo perfectamente esa opinión, el fracaso del clown como fuente de comicidad, como eje sobre el que gravita con frecuencia el mundo del clown. La entiendo y la comparto, muchas veces trabajo en mis cursos o en mis espectáculos en torno a esa idea. Cuanto peor estén las cosas para el clown mejor para el espectáculo, porque entonces su necesidad y su desesperación alimentan su imaginación, y ésta crea situaciones sorprendentes que provocan la diversión del público.
También creo que en todo ello hay algo que, si no es el destino, es algo parecido. El clown no puede abarcar las leyes físicas del universo ni las normas sociales, ni siquiera las más elementales, por más que lo intente. Y claro, eso le lleva a multitud de problemas que le hacen pasarlo mal. Y eso causa risa.
Pero, y aquí comienza mi diferente visión sobre el destino del clown, yo creo que lo más importante de los payasos no es lo que les ocurre sino cómo sienten, viven y, sobre todo, cómo resuelven las situaciones. A veces sienten vergüenza, miedo, tristeza, rabia, dolor…, y eso nos acercaría a lo trágico. Pero en otras ocasiones lo que les moviliza es la intensidad de su alegría, su amor, su entusiasmo, su pasión, su deseo, su ilusión…, y eso nos lleva a lo lúdico.
Esa es, para mí, la otra cara del clown, la más importante, la que le aleja de la tragedia. La que le permite ir de fracaso en fracaso, no sólo sin perder el entusiasmo sino ganándolo. Esa manera de resolver los problemas en la que no encuentra pesar sino diversión.
La verdad, su vida, esa cadena interminable de conflicto-solución-conflicto, me parece envidiable. Porque puede llegar a disfrutar en medio del caos y hace disfrutar al que le observa.
Por otro lado, payasos y payasas no siempre están en fracaso cuando viven con intensidad sus emociones, la otra plataforma de acción del clown, junto a las dificultades. El público también ríe cuando los ve imaginar un viaje. O cuando bailan y seducen como sólo ellos saben hacerlo. O cuando resuelven de manera ingeniosa su falta de dinero. O cuando encuentran una solución clown, esa manera única y genuina de resolver un problema.
Por tanto, ¿fracaso?, sí, pero también éxito. ¿Desolación?, sí, pero también alegría. Yo creo que el clown vive con desenfreno y sin límites todo lo que le ocurre, bueno o malo, duro o agradable, sencillo o complicado, porque sabe experimentar sin fin y aprender de todo y de todas las personas, convirtiendo sus peripecias en un juego constante.
Y aquí llego a mi alternativa a esa tesis, El destino lúdico del Clown. En mi opinión, el clown está felizmente destinado a jugar. Todo. Toda situación, real o imaginaria. Todos los roles, los peligros, las aventuras. Lo sublime y lo ridículo. El éxito o el fracaso. La lucha o el amor.
Su vida es un gran juego, especialmente, cuando tiene que hacer cosas que desconoce. Si no sabe cantar y tiene que hacerlo, juega a diva de ópera. Si no tiene ni idea de magia, recuerda un video que vio de David Coperfield y juega a ser él. Si nunca ha besado a una chica, juega a poner los labios como en aquella película.
Pegar a alguien se convierte en un juego en clave de dibujos animados. Resbalar y caer es algo tan divertido que al final se tira al suelo a propósito para seguir riendo con su situación. Cantar una canción, de la que desconoce la letra, es jugar a hacer playback o simular que el micrófono está estropeado.
Pienso en un clown, Joe Jackson Junior, en su famoso número de la bicicleta. Él entra en la pista del circo distraído y ve una bicicleta abandonada, aparentemente sin dueño. Se acerca lenta y disimuladamente hasta acariciarla, sintiendo la tentación en la yema de sus dedos. Sonríe mientras comunica al público su deseo, sus contradicciones, la tentación que le invade. Cuando decide tomarla prestada los desastres aparecen uno tras otro. Ahora es el manillar que se desarma, más tarde el pedal que cae, la bocina que no sabe de dónde salió mientras la observa, atónito, en su mano. Finalmente, la bicicleta se descompone en mil trozos.
Sentimos, como público, su incapacidad para abarcar las leyes físicas de ese objeto con ruedas. Su congoja y su preocupación… pero también su risa ante las posibilidades de juego que absorben su atención y acción más allá del objetivo inicial de robarla o de la preocupación por devolver la bocina a su lugar. En medio del desastre, siempre la sonrisa presta, como compañera inseparable de su capacidad de convertir todo en un JUEGO.
Sinceramente, no me parece trágico el destino de alguien que va de lío en lío, pasándoselo en grande. Así veo yo al Clown y así creo que lo percibe el público, pensando al mismo tiempo qué desastre de persona y qué bien se lo pasa.
Salud para todos y para todas.Jesús Jara

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sábado, 4 de diciembre de 2010

REFLEXIONES DE CHARLIE CHAPLIN

¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo.

¡Vive!
¡Intenta! La vida no pasa de una tentativa.

¡Ama!
Ama por encima de todo, ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo, no ignores el hambre!
Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla, aunque no te sientas capaz.

¡Busca!
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia, y si, una aproximación.

¡Acepta!
La vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir.

¡Entiende!
Entiende a las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.

¡Eh! ¡Mira...!
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

¡Eh! ¡No corras...!
¿Para que tanta prisa? Corre apenas dentro tuyo.

¡Sueña…!
Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga.

¡Cree! ¡Espera!
Siempre habrá una salida, siempre brillará una estrella.

¡Llora…! ¡Lucha…!
Haz aquello que te gusta, siente lo que hay dentro de ti.

¡Oye...!
Escucha lo que las otras personas tienen que decir, es importante.

¡Sube...!
Haz de los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar. Mas no te olvides de aquellos que no consiguieron subir en la escalera de la vida.

¡Descubre!
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo. Procura por encima de todo ser gente, yo también voy a intentar.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Alegato Payaso - Jesús Jara

ALEGATO PAYASO
NUESTRO MUNDO

Derrota, no
Error, sí
Traición, nunca

Las tres haches payasas, humanidad, honestidad y humildad
SÍ, SÍ, SÍ
Vacío, no
Perversión, tampoco
Generosidad, no y sí
Arrojo, sí
Corazón, sí, sí, sí

Las tres íes payasas, impulso, iniciativa e insistencia

Tonto, sí
Listo, también
Rebelde, casi siempre

Adelante, sí
Atrás, no
Mirada frontal, oblicua, baja y alta,

¡Sííííííííííííííííí!

Extraído del libro "Desde mi Payaso, Cuadernos de Navegación" Por Jesús Jara

lunes, 25 de octubre de 2010

Ángeles de ciudad

por MALABARISTA INFERNAL

Busqué por enésima vez el significado de la palabra amor en el diccionario:
      amor.
      (Del lat. amor, -ōris).
      1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

... nunca me había detenido sobre esta definición, en la que hay grandes claves a mi juicio, "partiendo de la propia insuficiencia", "buscando el encuentro"....
He pasado mucho tiempo de mi vida subyugado por una idea de amor con unos objetivos marcados, prefijados e inexorables, el amor a la pareja, el amor a la familia, el amor a los amigos,.... todos ellos amores que además exigen, amores cargados de contrapartidas, impuestas por la otra parte en algunos casos y autoimpuestas por mi propia idea del amor en la mayoría de ellos.
De un tiempo a esta parte vivo mutando, metamorfoseandome, tratándo de refundar mi ser, reconstruirlo intentando que no haya pilares previos, que no haya cimientos que trasladen esos prejuicios educacionales autoimpuestos,.... y va funcionando, no puedo decir que sea un éxito absoluto, ¿y que hay en la vida que lo sea?, pero me va permitiendo paladear la ilusión y patalear a la melancolía, que por tanto tiempo fue mi compañera.
En esa metamorfósis decido atreverme a probar aquello que me llama, y que siempre me dio miedo, lanzarme a la piscina de las situaciones que deseo y me asustan, y me llevo algunos revolcones, no se vayan a pensar, pero también he recibido hermosos regalos, casi siempre en forma de personas, personas que estimulan mi ser, que me despiertan amor, admiración, cercanía, ilusión,.... personas que me van mostrando si acaso algunas baldosas de esas que pueden construir el camino por el que quisiera transitar. Personas que poco a poco van plantando en mí una delicada semilla que cada día trato de regar con la esperanza de verla germinar y alzarse majestuosa camino de la luz del sol.
Este fin de semana he vuelto a ser agasajado con estos regalos. Hace ya tiempo que el mundo del circo me conquistó el alma, los que me conocen lo saben de sobra, pero este fin de semana conocí la unión de dos mundos de los que ultimamente he conocido a mucha gente, el circo por un lado, y el campo de los trabajadores sociales por otro, ya sean médicos, terapeutas, psicólogos, trabajadores sociales...
He tenido el gran privilegio de conocer y compartir tiempo con payasos terapeutas, y además de emocionarme y maravillarme con todo lo que nos han mostrado he podido comprobar la magia de sus poderes, porque yo también he sido paciente, con el que han obrado el milagro de escarbar en mi ser para poco a poco tratar de sacar aquello que permanece oculto y que lucha cada día por salir. Me siento colmado y agradecido, e ilusionado....... ¿que fué de aquél que buscaba la autocompasión y la melancolía como cobarde refugio?.... de momento no quedan noticias de él,.... esperemos que se haya marchado para siempre.
Os dejo el enlace a la web de estos ángeles de ciudad... http://www.saniclown.com/blog/index.php
(lunes 25 de octubre de 2010)



jueves, 30 de septiembre de 2010

El Verdadero Ser...

Por: Iván Biolley

En los talleres que imparto sobre técnica clown, siempre me gusta iniciar por conocer el nombre de cada persona participante y alguna característica, cualidad o pensamiento sobre sí, que desee compartir al grupo.
Pasado este punto y luego de varias técnicas y ejercicios para lograr despertar la confianza y la cohesión grupal, inicio el tema del reencuentro con el verdadero ser...
Este verdadero ser es conocido mundialmente como “El niño/a interior”...
Resulta que después de muchas prácticas propias (mías) y de ver a quienes participan del taller de clown encontrándose con este “ser” decidí adoptar para mí el termino: Verdadero Ser.

El verdadero ser:

Basándome en que a “esa” esencia de libertad, juventud, emoción, ternura y alegría que cada persona lleva en su interior le llaman “Niño/a interior” iniciémis interrogantes:
¿Qué será un niño interior? ¿Cómo se manifiesta? ¿A qué se debe su interiorización?
¿De qué se esconde? ¿Lo tendrán todas las personas? ¿Cómo hacer para encontrarle?
Y aquí mis respuestas: (enfatizo en que son MIS respuestas ya que quizás sean debatibles desde el punto de vista psicológico o de otras áreas, pero no encontrando ningún precedente, ahí voy...)

¿Qué es un niño interior?
Es el verdadero ser que nació en este mundo, (sin llamarse hombre, ni mujer y con toda la libertad que esto confiere) el cuál únicamente desea disfrutar la vida, dar y recibir placer, jugar, divertirse, ser amigo de los demás seres y repito, disfrutar la vida. Este ser posee la capacidad de amar, jugar, reír, llorar, perdonar, tolerar, respetar, enfadarse, vengarse, enamorarse y bueno, todas las capacidades del ser humano...
Lo que podríamos resumir en: Es capaz de vivir intensamente...

¿A qué se debe su interiorización?

Este hermoso ser y muchísimas de sus capacidades han sido sepultadas e interiorizadas, incluso reprimidas, por factores externos y nocivos como: la sociedad, las buenas costumbres, lo normal, lo moral, la honesta-deshonestidad, la manera correcta de hacer las cosas, la inseguridad en las propias acciones y decisiones, los prejuicios, el mal criterio, y una larguísima lista de factores más.

¿De qué se esconde?

De la crítica, del miedo a ser diferente, de las condenas, del qué dirán, del miedo a la exposición de sus sentimientos e ideales, de los criterios injustos, de la crueldad de otros seres que han perdido su luz propia.

¿Cómo se manifiesta?

Negativamente
Por supuesto el hecho de que el verdadero ser se haya “interiorizado” no significa que haya desaparecido, sin embargo en las sociedades que vivimos hoy día, cada vez se le presta menos atención e incluso se niega su existencia. Así que el verdadero ser se manifiesta de diversas maneras: en las personas que han perdido su conexión con este maravilloso ser, el verdadero ser se convierte en, interior, se muestra como un ser opuesto a los deseos de la persona, entiéndase, como la persona y el verdadero ser sufren una desconexión, suele pasar que la persona busca su realización por individual, sin importar los deseos de su verdadero ser, que es donde este le confronta y se opone a sus acciones (de la persona).
Las oposiciones se muestran en forma de conflictos emocionales internos (lo tengo todo, pero no soy feliz), frustraciones, miedo, ansiedad, resentimientos, inseguridades, fracasos, impotencias físicas, inconformidad, carencias, estrés y un sin fin de síntomas físicos y psíquicos.
Positivamente
Cuando la persona retoma su conexión con el verdadero ser y este se vuelve “exterior”, todo su ser se complementa, sus energías se restablecen, sus identidades se sintonizan y aparece el verdadero ser humano, íntegro, que ama, disfruta, ríe, llora, siente, expresa, comprende, tolera y ama (repito), el cuál comprende la amistad como el mayor tesoro, la sinceridad como única vía de expresión, el llanto como medio de limpieza y la alegría como un modo de vivir.
Las manifestaciones del verdadero ser ante esta situación son: la paz, el amor por los seres vivos (incluidos animales, plantas y todo), la comprensión, la tolerancia, la alegría, la felicidad, la salud, el éxito, el dinero y nuevamente el amor, la diversión y la alegría...

¿Todas las personas tienen un verdadero ser?

La respuesta es obvia, sí, toda persona tiene la posibilidad de disfrutar de la vida como debe ser ó de vivir en el peor de los calvarios (donde el dinero y lo material, le engañarán día con día sin hacerle internamente, ni intensamente feliz)...

¿Por qué verdadero ser, y no niño interior?

Considero que en algún momento la etapa de la niñez desaparece física y mentalmente de la vida del verdadero ser, más no así sus cualidades de jugar, expresar, amar, alegrarse, disfrutar (y todas las otras), por lo que hablar de niño interior, en lo personal me limita, ya que mi verdadero ser tiene la misma edad que yo y no es un niño.
Entiendo que se le llama niño interior ya que la libertad y la expresión del verdadero ser, suelen desaparecer con la etapa de la niñez, porque cuando la persona entra en la etapa adulta, ella misma limita sus emociones, acciones y expresiones con tal de adaptarse y ganar respeto dentro de la sociedad y el entorno formal de la adultez, aceptando de esta manera la separación del verdadero ser...
La separación del verdadero ser no es más que la típica situación de casi toda persona adulta: no, expreso ni siento lo que verdaderamente deseo, con tal de quedar bien con los demás,importan todos los de afuera, menos yo, se debe agradar a quienes nos miran, no a nosotros mismos, buscamos la felicidad en un perfume caro, pero nunca dentro de nosotros, en una cita con la persona ideal, pero nunca con nosotros...

¿Cómo reencontrar al verdadero ser?

Realmente es muy, muy sencillo, lo primero es tomar conciencia, valor y respeto por el verdadero ser, permitirse hablarle y sentirlo como un todo, sin volverse loco, y disfrutarlo, lo segundo es hacer un viaje a través de los años en regresión, mirando hacia adentro, recordando desde el hoy hasta el momento de nacer, encontrando etapas que están ahí muy marcadas en nuestro consciente e inconsciente, etapas positivas y negativas, siendo conscientes de que sean cuales sean ya se pasaron.
Luego traer al presente todos los recuerdos positivos posibles, escribirlos, grabarlos en audio, dibujarlos, narrarlos (traerlos al presente en tangible) y conforme estos estímulos positivos vayan saliendo, se acompañaran de recuerdos y vivencias negativas que hay que comprender como parte del aprendizaje, los errores (propios o ajenos), las situaciones, las circunstancias, los procesos de aprendizaje y en fin como esas situaciones que no terminaron como nosotros deseábamos (que en algunas veces si, y ese fue el error) pero que nos han dado la posibilidad de aprender y crecer, sintiendo emociones, tomando decisiones, pero sobre todo viviendo el momento, que es cuando se está vivo...
En fin, para mí, el verdadero ser es un requisito indispensable para lograr llegar al clown, quien es un verdadero ser, que vive intensamente para amar a Dios y compartir alegría con los seres vivos, tratando de impactar su mente y corazón a través de la reflexión...


viernes, 24 de septiembre de 2010

Sin saber que era imposible, fue y lo hizo.














Maité Esteban, payasa. Buenos Aires (Argentina)

viernes, 17 de septiembre de 2010

Clowns d'Hospital. TEATRO PARA PALEAR LA ENFERMEDAD

ARTICULO PUBLICADO EN: Revista TeatreBCN. Gener 2010
Reportatge y Traducción del Catalán al Español: por Lourdes Pacho

El arte siempre ha sido medicina para el espíritu. El teatro incluso ha empezado a utilizarse como terapia para todo tipo de afecciones psicológicas, emocionales y sociales. Pero el teatro en hospitales va un paso más allá: entra de lleno en el entorno sanitario, con unos objetivos y una formación específica que posibilita que actores y actrices, payasos y payasas trabajen codo a codo con el equipo médico para paliar la enfermedad.

Cada vez es más habitual encontrarse por los pasillos de un hospital con un personal sanitario un tanto extravagante y no necesariamente porque lleven una nariz roja. Al margen de la indumentaria, que puede ser simplemente una bata blanca con algún detalle, su labor es otra: este personal no entra en las habitaciones para dar medicinas ni para controlar los aparatos o preguntar por la localización de los dolores. Entran para administrar dosis de alegría, de risa, de charla, de frescura, para airear la habitación aliviando el dolor, la tristeza y el miedo. Son los y las médicos de la risa, doctores de la alegría, clowns de hospital o profesionales dispuestos a compartir con las personas enfermas sus dotes teatrales.

Verónica Macedo es formadora de payasos y payasas de hospital: “El clown es una creación artística de un personaje único e irrepetible que no es otro sino uno mismo en su faceta de comicidad, ternura y humanidad. El payaso de hospital tiene, además, una formación específica en relación con los cuidados del paciente en su entorno”. Entre los recursos propios del clown que pueden aplicarse en el entorno hospitalario están, según Verónica, “la creación de un mundo imaginario, la metáfora poética, la magia, los malabares, la transformación de objetos como, por ejemplo, una jeringuilla o cualquier otro aparato médico que podemos convertir en un elemento de juego. Y ése es uno de nuestros objetivos: devolverle al niño las ganas de jugar, rescatar la parte sana de la persona enferma”.

Los payasos y payasas de hospital ofrecen una atención personalizada en la que hay que tener en cuenta la edad del paciente, la enfermedad que padece, su estado y su situación sociofamilar. “Tenemos una serie de estructuras de actuación y de ese abanico de posibilidades escogemos la más adecuada para el paciente. Sabemos cuáles son las enfermedades que vamos a ver y es necesario tener muchísimo cuidado porque si estás trabajando con un niño con problemas gastrointestinales, pues no puedes utilizar el imaginario de la comida y si es un paciente oncológico, no puedes hacer bromas con tu peluca. Hay que hacer un trabajo muy personalizado, con mucha conciencia y mucha escucha” puntualiza Verónica.

Dicho de la forma más tierna e infantil, son payasos que curan “las pupas”. Pallapupas es el nombre de la organización de payasos de hospital con mayor implantación en Catalunya. Angie Rosales, su fundadora y presidenta, señala que “el personaje del payaso es puramente emocional, es una figura que conmueve. El teatro es una herramienta muy poderosa para abrir el paso a las emociones internas y eso ya es terapéutico”.

Pallapupas trabaja actualmente en dieciséis centros hospitalarios catalanes. Su primer proyecto lo presentaron hace diez años al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y, en palabras de Angie Rosales, “es un hospital íntegramente infantil y con una filosofía muy especial así que comprendieron rápidamente la propuesta y apostaron por ella”.

Los y las pallapupas no sólo se meten en las habitaciones de los niños y niñas hospitalizados sino que les acompañan incluso al quirófano. En un trance tan traumático como una intervención quirúrgica, llevan la sonrisa al momento de la anestesia y al posterior despertar. Así los pequeños y pequeñas se duermen más tranquilos y felices y cuando abren los ojos son recibidos por la magia del clown. Gracias a una total coordinación con el personal sanitario y a la confianza de un trabajo en equipo, estos payasos y payasas tienen acceso incluso a los lugares donde no pueden entrar los padres y en una intervención con anestesia local también están presentes en el quirófano. “Al principio la mitad del equipo de quirófano se negó pero, en cuanto empezamos, pudimos demostrar que la idea funcionaba y en un tiempo eran ellos los que nos requerían si un niño estaba muy nervioso a la hora de anestesiarlo o si se resistía a que le pusieran una sonda” explica Angie

Lo que empezó siendo un trabajo con niños se ha extendido en los últimos tiempos a adultos, personas ancianas y enfermos mentales. Cuando Pallapupas se planteó ampliar su campo de actuación recurrió a las técnicas de teatro social que Augusto Boal experimentó en el Brasil de los años 70. “En un principio comenzamos –cuenta Angie Rosales- con pacientes infanto-juveniles pero, en todos los casos, el teatro facilita la salida de ideas, sentimientos y actitudes que es difícil que surjan ante el psiquiatra o el psicólogo. Luego esta información la trasladamos a los especialistas porque nosotros/as no somos terapeutas”. Y en cuanto a las personas mayores, la presidenta de Pallapupas aclara: “No se trata de una niñización del anciano sino de darles mucha luz porque ya se sienten cerca de la muerte y de conectar con cosas que han pasado en sus vidas”.

En su programa de teatro social Pallapupas incluye proyectos destinados a ancianos, enfermos mentales y a sus cuidadores. En los centros sanitarios el payaso o payasa también tiene una relación intensa con los familiares que sufren la enfermedad junto al paciente con el consiguiente menoscabo de su propia salud física y mental. “En los hospitales hay una gran concentración de emoción contenida. Pertenecemos a una cultura en la que la seriedad y la preocupación se identifican con la madurez, en la que la madre que más sufre es mejor madre. En cambio las personas enfermas tienen clarísimo que lo importante es la vida” asegura Angie.

Verónica Macedo, que pertenece a la asociación Saniclown de Madrid, afirma desde su experiencia que los y las clown “facilitan a los padres algunos recursos o simplemente les damos la oportunidad de descansar un rato. Los padres suelen colaborar y hay que resaltar que tienen una fuerza sobrehumana”. La presencia del payaso de hospital no sólo beneficia a la persona enferma sino que ayuda a crear un ambiente general más relajado y alegre.

Tanto los profesionales de Saniclown como los de Pallapupas trabajan con un acompañamiento psicológico que les respalda a nivel personal. “Es necesario contar con herramientas de salud mental porque estás trabajando con tus sentimientos y con los del otro. Estás viviendo procesos de vida muy difíciles que, por otra parte, hacen que la experiencia sea muy enriquecedora, te ayuda a crecer personalmente” dice Verónica.

Angie Rosales, que empezó su trayectoria profesional como actriz de teatro de calle, concluye: “Para mí el teatro tiene sentido cuando lo llevas a lugares que no son una sala. Ahora mismo veo muy pocas cosas que me conmuevan desde la butaca de un teatro”.

OTRAS EXPERIENCIAS

El hospital del Niño Jesús de Madrid no sólo es pionero en la introducción de actividades lúdicas y educativas sino que cuenta con un teatro estable dentro de sus instalaciones que abre sus puertas a diario para dar paso a actuaciones de magia, títeres, música, cuentacuentos, payasos, etc.

Según fuentes de este hospital “las actividades lúdico-educativas, tienen como finalidad generar un ambiente dinámico, creativo y participativo que estimule al niño hospitalizado, fomentando la relación con otros niños. De esta manera se rompe el “aislamiento” que produce el ingreso hospitalario, se bloquea la aparición de pensamientos negativos, se desdramatiza la enfermedad y se olvida el dolor. Estas actividades, en definitiva, buscan que el niño normalice y viva el proceso de hospitalización de manera no traumática”.

Aunque la población infantil ha sido hasta ahora la principal destinataria del teatro llevado al hospital, Improasistencia ya hace un tiempo que trabaja con adultos. Esta asociación fue creada en 2003 por Carles Castillo, famoso por su grupo de improvisación Imprebís. A partir de una primera experiencia como payaso de hospital y tras investigar el tema, Carles llegó a la conclusión de que “también se podía mejorar la calidad de vida de los adultos enfermos ayudándoles a tener un estado de ánimo positivo”. “Había que tratar la parte moral y emocional de la persona enferma a la que el médico no puede dedicarse por falta de tiempo. Nosotros no tratamos la enfermedad sino la persona y siempre con dignidad, cuidado y respeto” matiza este actor.

Improasistencia trabaja básicamente en las áreas hospitalarias de Oncología, Cardiología, Enfermedades Mentales, Enfermedades Infecciosas y Enfermos Crónicos y Paliativos. Lo hacen en cuatro hospitales de Valencia pero también en otros países como México, Guinea Ecuatorial, Cuba y Colombia. Se definen como “un grupo de actores y actrices profesionales a los que nos encanta compartir una parte de nuestro tiempo con los pacientes hospitalizados, para intentar llevarles una sonrisa, escucharles y darles ánimo a ellos y sus familiares”.

Carles, acostumbrado al aplauso en el escenario, aclara que “en el hospital no existe el reconocimiento artístico, es un tú a tú en el que no importa que seas famoso o no. El gran aplauso es cuando el paciente te lo agradece, te sonríe o se emociona”. Y añade que “se establece una relación muy personal y emotiva. Algunos son pacientes terminales y, en ocasiones, les ayuda mucho hablar con naturalidad de la incertidumbre, de sus dudas, sus miedos y de su propia muerte. Hace falta mucho tacto, cautela, respeto y amor. Se trata de proponer, no de imponer”.

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DESPIECE: PIONEROS
Todo empezó…

En los años 20 y 30 psicoanalistas como Ana Freud introducen el concepto de ludoterapia en tratamientos de trastornos mentales infantiles. Pero no es hasta los años 70 cuando nació el concepto de la terapia de la risa, de la mano del estadounidense Patch Adams, entonces estudiante de medicina.

Sin embargo, muchos señalan que el origen en concreto de la figura del payaso de hospital se encuentra en el grupo The Clown Care Unit del Big Apple Circus de Nueva York. En 1986 el circo creó su propia “unidad de cuidados” con payasos especializados.

En unos años esta experiencia estadounidense se importó a Europa siendo pionero el grupo francés Le Rire Médecin de París (1991). En España las primeras asociaciones de payasos de hospital surgen a mediados de los 90.

En 1999, la figura del clown de hospital se populariza en todo el mundo a raíz de una película sobre la vida del famosísimo Patch Adams, protagonizada por Robin Williams.

Actualmente existen asociaciones de payasos de hospital en casi todas las Comunidades Autónomas españolas: PayaSOShospital de Valencia, La Sonrisa Médica de Mallorca, Pupaclown de Murcia, Hazmerreír de Canarias, etc.

www.pallapupas.org
www.saniclown.com
www.improasistencia.org
www.hazmerreir.org
www.payasoshospital.org
www.sonrisamedica.org
www.pupaclown.com

domingo, 12 de septiembre de 2010

Buscando nuestro clown

(por Ignacio Maffi)

"El actor inventa o interpreta un personaje, mientras que el payaso encarna el suyo propio". Roberto Benigni

Buscar nuestro clown es transitar un camino por nuestro interior. En primer lugar debemos reírnos de nosotros mismos, aceptarnos tal cual somos, con nuestros defectos, debilidades y virtudes. Sabiendo que estos “defectos”, “debilidades” y “virtudes” son solo ideas y juicios que tenemos acerca de nosotros mismos y juicios de los demás que hemos aceptado. Debemos mostrarnos abiertamente. Dejar ver nuestra humanidad. Sincerarnos: soy lo que soy y estoy muy feliz con ello.
Desde el primer contacto con el público nuestra presencia debe ser abierta, sincera y transparente. A través de la mirada, el público debe saber que sentimos de verdad. Una vez que hemos tocado el corazón del público, podemos jugar y compartir nuestro mundo de imágenes interiores. Y es muy importante saber la diferencia que hay entre jugar, y hacerse el gracioso o el tonto. Jugar, pertenece al cuerpo y a la escucha de nuestro niño interior, mientras que hacerse el gracioso es un deseo de la mente o nuestro yo cotidiano (ego).
Venimos de una gran contaminación de ideas acerca de lo que es el payaso y de nosotros mismos, que debemos borrar si queremos avanzar en la búsqueda de nuestro clown. Por eso es importante trabajar al principio, desde un lugar neutro y verdadero. Encontrar nuestro vacío, para ir dándole forma a nuestro personaje a partir del juego que vayamos encontrando en las improvisaciones. Este personaje es único, solo nosotros podemos interpretarlo. Este personaje es nuestro clown.
Ingenuidad, ternura, vulnerabilidad, fragilidad, verdad, transparencia, travesura, juego, poesía, absurdidad, surrealismo, sentido del ridículo. Todo clown debe tener estos elementos, en mayor o menor medida.
Un buen clown es aquel que llega al corazón de la gente, que la enternece, que al verlo, nos sentimos identificados de un modo u otro. Que refleja a la humanidad entera. Un contrapunto entre lo hilarante y lo trágico. Entre no saber si reír o llorar. (Aunque la mayoría de las veces elijamos reír).
Hay clowns histriónicos, poéticos, excéntricos. Y también están las jerarquías, los que mandan y los que obedecen: El Cara blanca, el Augusto y el contra-Augusto. Pero un intérprete-clown no debe encasillarse. Al saber cómo es nuestro clown, no debemos fijar nuestra personalidad (de clown), esto puede ser un obstáculo para encontrar la verdad y el juego en un momento determinado de la improvisación. Tenemos que ser fluidos y estar abiertos a lo que venga. Si nos va bien ser un Cara Blanca (el jefe) y nos toca improvisar con otro Cara Blanca que tiene más poder para mandar, debemos pasar al rol de Augusto y aceptar el juego. El humor crece en el desarrollo de los contrastes.
El clown juega y no se ata a ninguna personalidad (en referencia a un curso y a la improvisación) De ser así, dejaría de ser nuestro clown y se convertiría en un personaje teatral con técnica de clown.
También se cae en el error de hacer reír como sea, apelando a lo sexual, al insulto, hacerse el tonto, o banalidades de todo tipo. El clown es muy ingenuo con respecto al sexo, tiene el corazón de un niño de 3 años, puede sentir curiosidad, pero no suele estar interesado. Tanto el insulto como el sexo, hay que trabajarlo con mucha inocencia y ternura, para trabajar dentro de la técnica. En fin, lo mejor para saber qué es el clown y cuál es el de cada uno de nosotros, es experimentarlo. I. M.

El actor se pregunta ¿por qué siento esto? El clown dice: ahora siento esto, ahora hago esto
El clown no se apega a un sentimiento
La anticipación corta la experienciaSue Morrison

Los clowns aparecieron en los sesenta, cuando yo me estaba interrogando sobre las relaciones entre la comedia del arte y los clowns de circo. El principal descubrimiento surgió en respuesta a una pregunta muy simple: el clown hace reír ¿pero cómo? Un día pedí a los alumnos que se pusieran en círculo-reminiscencia de la pista circense- y que nos hicieran reír. Uno tras otro, lo fueron intentando con payasadas, piruetas, juegos de palabras a cuál más fantasioso. ¡Todo inútil! El resultado fue catastrófico. Teníamos la garganta oprimida, una sensación de angustia en el pecho, todo aquello se estaba volviendo trágico. Cuando se dieron cuenta del fracaso, pararon la improvisación y se volvieron a sus sitios para sentarse, despechados, avergonzados, incómodos. Fue entonces, al verlos en aquel estado de abatimiento, cuando todo el mundo se echo a reír, no del personaje que pretendían presentarnos, sino de la persona misma, puesta así al desnudo. ¡Lo habíamos encontrado! El clown no existe por separado del actor que lo interpreta”.
Jacques Lecoq


Cuando estás en escena, estas en la luz, y todos los que están ahí mirándote se hallan en la oscuridad. Eres un privilegiado por estar en la luz y tu obligación es la de iluminar a los que no son tan afortunados como tú
Philippe Gaulier

No hay nada mejor para la salud que hacer de clown: nunca apoyaremos bastante a los que tengan esta vocación. Y en último lugar se ganan muy bien la vida, igual que en otro empleo cualquiera. ¿Por qué será que los padres se obstinan en hacer de su hijo un empleado, un funcionario y no un Clown?"
Federico Fellini

martes, 7 de septiembre de 2010

La teoría del Clown

(Por Jango Edwards)

La actividad de loco o de Clown como forma de arte o estilo de vida es tan antigua como la sonrisa. Cada uno de nosotros ha dedicado más de un momento a hacer el pino, dar unos pasos de baile o poner una cara divertida para provocar la risa de un compañero humano.
Pero el estado profesional de loco no es cosa de risa. Son pocos los que lo consiguen, miles los que lo intentan y, para algunos, no es más que un trabajo como otro, pero el hecho de llegar a ser un loco no quiere decir trabajo, quiere decir vida.
Ser un loco es entender una forma de arte basada en dar. Las habilidades de los locos son un método universal, que se adapta universalmente a nivel del amor. La actuación de un loco es similar a un ataque de comunicación, que es sensitivo o indiferente, tierno o arrogante, pero emocionante al fin y conseguir un clímax o alguna forma de celebración al fin. Su forma de conectar es a través de corazón y cuerpo con el uso de lo sutil o de lo obsceno.
Ser un Clown es encontrar un poco de libertad, escapar de la barahúnda, bailar con el alma de la gente y centrar los seres. Ahora bien, libertad quiere decir que has de aprender y empezar a comprender. Uno ha de descubrir la observación interna y externa. El yo exterior ha de convertirse en un modelo de lo absurdo y el yo interior en un templo de razón.
La simple reflexión de un Clown sobre un asunto puede ser hecha con un gesto que, a veces, requeriría 60 minutos de reportaje mundial. El género del Clown, la sonrisa y el enfado, es entendido por todas partes y no conoce límites y así y todo no hay universidad ni escuela ni institución alguna que pueda describir su experiencia o compartir sus secretos.
El trabajo del Clown está asegurado porque el loco comercia con un producto de la risa, cuya importancia sólo es posterior a la del amor. El payaso ha de crear risa con el amor en la mente, eso es la clave del dar. El principio instructor es la experiencia y convertirse en un loco profesional cuesta años de búsqueda, desarrollo interno y una casi calculada demencia. No es una profesión fácil y pocos llegan. Hay algunos –de hecho centenares- que han llegado a la cima del entendimiento cómico, pero que limitan su triunfo a los conceptos del mundo occidental y no a un interno y total desarrollo.
El loco ha de dar, siempre dar y dar por todas partes. El loco sólo obtiene de dar y el regalo es una obra maestra sin precio: la sonrisa.
El Clown intercambia calor e insultos, que son una oferta del todo, y pocos escapan a sus asaltos cómicos. Ejercer el papel de loco comienza con la auto observación y que para ayudar a los otros, primero te has de ayudar tú mismo. No tienes derecho a reflejar la fuerza y la debilidad de los otros hasta que no comprendas la tuya propia.
La auto observación es darse cuenta de estos problemas, porque hasta que no los reconozcas no los podrás cambiar.
Todos nosotros hemos nacido Clown en su sentido puro, sin sabiduría establecida. El Clown es inocente, inquisidor, ingenuo, y la esencia de la juventud. En la juventud estamos llenos de imaginación y fantasía y estas características a menudo son influenciadas por nuestra familia y nuestro contexto social. Estamos sujetos a ciertos recortes realizados por nuestros iguales o a las influencias establecidas de las diversas leyes naturales o antinaturales por las que estamos gobernados. Estos recortes frecuentemente se convierten en la norma aceptada, las leyes con las que vivimos, lo que nos gobierna. Pero es nuestra imaginación la que necesita una guía. El Clown ha de entender que no hay nada que aprender, sino sólo reaprender lo que es originario. Juventud, fantasía, imaginación e inocencia han de ser capturadas, comprendidas y dominadas para desarrollar el nacimiento del Clown.
El Clown es una forma definitiva de “el actor total”. Todas las habilidades como la danza, el mimo, la acrobacia y otras han de ser estudiadas y utilizadas. Es un proceso continuo de modelado para durante el cual sentirá a menudo el fracaso. Los acontecimientos pasados y presentes son referencias importantes para un posible material de cara el futuro.
El éxito del loco está en la habilidad de reflejar justo lo suficiente para provocar en el observador la comprensión de lo que es cómico dentro de nosotros. A menudo, y de hecho casi siempre, reímos de esas cualidades de los otros que nosotros mismos poseemos, aunque sólo las reconozcamos subconscientemente. A menudo, cuando la reflexión es cómicamente bastante fuerte, hay la posibilidad de un intercambio de conocimiento, y el conocimiento es la clave del cambio. Este es el auténtico valor del Clown.
Este es el poder del Clown: la capacidad para provocar un momento de pensamiento, una reflexión hacia el cambio, un posible empujón en la dirección de comprender, llegado en un momento de relajación causada por una descarga de tensión, cuando el observador ríe de la figura cómica. El Clown puede llevar a la audiencia hacia el pensamiento o el conocimiento, pero, detrás de la risa, la decisión de pensar sobre el asunto de la representación queda en las manos del observador.
El Clown trabaja con la sonrisa y el enfado y ha de ser hábil con la acción y la reacción. Cuando eres Clown, has de estar a punto para todas las situaciones y acontecimientos. En la actuación, la confrontación ha de ser constante de forma controlada, porque el Clown es una figura mágica. Así el público frecuentemente se refiere a la esencia del loco como por encima o por debajo del potencial humano, más a menudo por debajo.
Hemos de reírnos de nosotros para entendernos. La crítica instiga el cambio y es uno de los más importantes principios de un mundo libre.
Cuando ríes, eso da un empujón a la facilidad natural del cuerpo humano para la relajación. Reír es una descarga de tensión, una descarga natural del sistema nervioso y de la ansiedad que recogemos cada día. No es tan sólo una descarga física sino también una liberación mental. Éste es el poder del loco. Si el loco te puede hacer relajar y reír, tu percepción puede ser más fuerte, tu razonamiento más claro y el valor de lo que se dice en la comedia tiene entonces la oportunidad de ser comprendido.
Provocar la risa es la base de la profesión, activar el proceso de pensamiento es la ambición y el fin. El Clown tiene el poder de instigar la percepción y este poder es invalorable. Cuando obtienes esta capacidad y eres capaz de crear esta forma de estímulo, entonces te has convertido en un actor total: Un Clown.
Todos tenemos un Clown dentro de nosotros y hemos de ayudarle a encontrar la libertad. Todos hemos tenido nuestros momentos de humor y los hemos usado para crear relajación durante los tiempos difíciles. Eso no es sólo una cuestión de costumbre, cara pintada y habilidad, aunque sean los fundamentos de la profesión. La necesidad del loco reside en la habilidad de dar, mediante la reflexión. El loco es un cruzado del conocimiento y del amor, mostrando constantemente sus mercancías, creciendo constantemente en la esperanza de promover cambios progresivos y reacciones positivas. Todos nosotros sufrimos por falta de risa.
En la sonrisa somos todos iguales. Todos somos divertidos en los momentos de gozo de los que están alrededor nuestro. Estos momentos que compartimos son los momentos del loco buscando libertad y cada carcajada que producimos en otro es esperanza de que habrá alguna comprensión. La sonrisa es universal, todo el mundo la entiende alrededor y eso hace del payaso un carácter universal. No subestimemos nunca el poder de la sonrisa.

sábado, 28 de agosto de 2010

¿QUÉ ES UN CLOWN? II

"Un payaso no es un actor, un payaso es un payaso. Un actor puede componer un personaje a partir de ciertas consignas dadas por el director o por la obra que este interpretando, aunque no tengan nada que ver con su propia personalidad. Pero el payaso existe ya dentro de uno, es uno mismo. Como dijo Roberto Benigni: "El actor inventa o interpreta un personaje, mientras que el payaso encarna el suyo propio". Se trata de observarte, de ver como te mueves, como reaccionas, que tics tienes y entonces llevarlos al limite, a la locura. En cierta forma el clown se basa en tu propio ridiculo. Puedes tener diferentes tipos de clowns ¡¡¡tantos como personalidades en tu interior!!! Pero a pesar de ello habra uno de ellos que sera el predominante, el mas parecido a lo que somos. Ademas actualmente no se escriben obras para clowns, los clowns son siempre los creadores de sus propias obras.
Hay payasos y payasitos... no basta con maquillarse, ponerse un disfraz de ropas amplias de colores, una nariz y hacer muecas para ser payaso. Las sonrisas de plastico no sirven, han de ser autenticas. Hay muchos vendedores de globos, maquilladores de niños, animadores de fiestas infantiles... pero ser un verdadero clown es mucho mas que eso... Un verdadero payaso es aquel que no actua, sino que es, que no se esconde tras la mascara del maquillaje o la nariz (si es que lleva maquillaje o nariz). Para ser un verdadero payaso ha de ser honesto, desnudarse (metaforicamente hablando, o literalmente como Jango Edwards) delante de su publico, tener una vision comica de las cosas, "timing", mirar y ver, escuchar, estar atento, aprovechar todo lo que ocurre a su alrededor, tener intencion, ser claro, no pensar sino accionar, invocar, evocar, provocar. Como dijo Dario Fo: "Creer que se es payaso por ponerse una pelotilla roja en la nariz, un par de zapatos desmesurados y aullar con voz aguda, es una ingenuidad de idiotas".
El ser payaso no se aprende, esta dentro de cada uno de nosotros, es tan solo cuestion de dejarlo salir, de desaprender lo aprendido, de desprendernos de las murallas que hemos edificado para protegernos, de derrumbar las mascaras que nos hemos ido poniendo con lo años y dejar aflorar al niño que todos llevamos dentro y abrir la puerta a la locura interna."Alex Navarro.
"El clown no existe por separado del actor que lo interpreta.
Todos somos clowns, todos nos creemos guapos, inteligentes y fuertes, aunque en realidad cada uno tenemos nuestras debilidades, nuestro lado ridículo, que cuando se manifiestan hacen reír.
El descubrimiento de que una debilidad personal podía transformarse en fuerza teatral, fue de la mayor trascendencia para la puesta a punto de un acercamiento personalizado de los clowns a la búsqueda “de su propio clown”.
La búsqueda del propio clown es, en primer lugar, la búsqueda del lado irrisorio de uno mismo. El actor no tiene que entrar en un personaje preestablecido sino que debe descubrir en sí mismo la parte clownezca que lo habita. Cuanto menos se defienda, cuanto menos trate de interpretar un personaje, cuanto mas se deje sorprender el actor por sus propias debilidades, con más fuerza aparecerá su clown.
Sobre todo no debe representar un papel, sino dejar que surja la inocencia que hay en él y que se manifieste con motivo del “fracaso”, del desastre de su presentación.
No es posible enumerar los temas de trabajo de los clowns: para ellos la vida entera es un tema clownezco. Cuando el actor entra en escena llevando su pequeña nariz roja, su rostro manifiesta un estado de indefensa disponibilidad. Cree que es recibido con toda la simpatía del público (del mundo) y se sorprende por el silencio con que lo acogen.
El clown es el que “acepta el fracaso”, el que malogra su número, y con ello coloca al espectador en un estado de superioridad. A través de ese fracaso, el clown revela su profunda naturaleza humana que nos emociona y nos hace reír.
La gran dificultad consiste en encontrar de entrada la medida justa, en interpretar verdaderamente a partir de la propia persona y en no “hacer el clown”. Si se convierte en espectador de su propio ridículo, el actor está perdido. No se juega a ser clown, uno lo es, cuando su naturaleza profunda se manifiesta.
A diferencia de otros personajes teatrales, el clown tiene un contacto directo e inmediato con el público, sólo puede vivir con y bajo la mirada de los demás. No se “hace el clown” ante un público, se actúa con él.
Con el clown les pido que sean ellos mismos lo más profundamente posible y que observen el efecto que producen en el mundo, es decir en el público. Ahora viven la experiencia, cara a cara con el público, de la libertad y la autenticidad.
El clown no tiene necesidad de conflictos: está en conflicto permanente, sobre todo consigo mismo.
Cada clown manifiesta intensamente su parte irrisoria y, a veces, su dimensión trágica." Jacques Lecoq “El cuerpo poético” (fragmento)
Navegando en mis emociones...camino a encontrar mi mejor yo = )
( aquella que es más sincera, primaria, apasionada y transparente!)

Publicado por Pipa Pispireta

viernes, 27 de agosto de 2010

Carta de presentación

Mi carta de presentación es breve, cortita…sí, pequeña!
Hablando de pequeñeces…De pequeña siempre me gusto imaginar mi mundo para vivir, para jugar. Tenia amiguitos imaginarios con los cuales charlar, reír, cocinarles, mandarlos…por momentos ellos se iban (seguramente cuando los retaba, me enojaba con ellos o cuando los compartía con amigos de carne y hueso) y quedaba hablando sola…cuando lo percibía, empezaba a reír a carcajadas pensando que estaba un poco loca… con los años me fui dando cuenta que no era que estaba loca, sino que simplemente era la manera mas sana de divertirme, aunque mi madre se preocupaba cuando me descubría haciéndolo. Así fui creciendo, cambiando, madurando ( ¿?¿?) pero mi mundo imaginado y las ganas de reír todo el día nunca se fueron!! (Por suerte!) Fue así entonces, como encontré en esta sociedad loca como hacer realidad mi mundo fantaseado…Paso a contarle sobre el comienzo, comienzo de mi existencia:
Nací, no sé exactamente la fecha que fue (eso es lo de menos, no?), pero recuerdo que fue en un salón, en el cual entra mucha luz por una ventana muy alta, tiene grandes espejos en su pared, se escuchan ruidos constantes de la calle y del salón de adelante también, y de un agujerito del techo caen gotitas de agua (que a veces le pongo a cada una un color), cuestión que el lugar donde nací (con estas características y con otras muchas más que seguro en este momento no recuerdo = S ), es un lugar que con un poco de imaginación, creatividad y muchas ganas de disfrutar el momento se convierte de un momento a otro en la más grande y copada sala de juegos que todo niño soñó!
Empecé a existir acompañada de otros seres excepcionales, (6 pequeños para ser más precisa) que tenían, y tienen, las mismas ganas de ser y jugar que yo, obviamente como en todo grupo, estaba el líder, el responsable por decirlo de alguna manera...manera rara de liderar si las hay!!
Quizás al principio de nuestro primer encuentro estábamos un poco inhibidos, confundidos, (es lógico, no cree? con todos los prejuicios y mierdas que nos quieren inculcar en esta sociedad no es para menos)…. Como no tener miedo a jugar haciendo que el mundo real desparezca por horas enteras?,Cómo no temer hacer el ridículo, cuando recién salimos a este nuevo y tan distinto mágico mundo?
Nos costo entender (al menos a mi!)que veníamos de un mundo para crecer en otro mejor = ), donde no existen los no puedo, los no quiero, un mundo en el cual aún existe y seguirá existiendo por siempre la inocencia, (sí, esa inocencia que los niños tienen, y algunos al crecer la dejan ir! ¡Qué papanatas! Si supieran lo que se pierden)… en este mundo maravilloso sabe que? Uno puede hacer lo que quiera, lo que tenga ganas, sin que nadie se lo prohíba (a lo sumo le dan unos graciosos, buenos intencionados,y amigables correctivos)
En este mundo, aunque a usted le cueste creer, podemos llorar, reír, hablar, gritar, cantar, y ser escuchados, si si, todo esto y mas a la vez! Mire usted que loco este mundo! = ) Podemos hacerlo porque este mundo tan perfecto a nuestros ojos, lo construimos nosotros en cada encuentro, no le parece genialísimo?

Pipa para terminar diría eufóricamente : “Chot**s… por qué no hacen el intento y hacemos este mundo cada día mejor?? = ) Juguemos y disfrutemos de esta vida hermosaaaa, por favor!!!

Publicado por Pipa Pispireta (jueves 5 de agosto de 2010)

miércoles, 28 de julio de 2010

¿QUÉ ES UN CLOWN?

por Alex Navarro

El payaso es un creador, un provocador de risa, sensaciones y emociones. El payaso nos hace reír, sentir y reflexionar con su vision del mundo y sus intentos de posarse por encima de sus fracasos. Nos muestra su vulnerabilidad sin tapujos. Es el niño que todos llevamos dentro, que no tiene tabues, que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo.

Lo que el payaso busca (su principal motivacion) es ser amado, quiere que el publico lo ame, quiere que sean sus amigos. Siempre intenta parecerse a los demas, pues cree que asi lo aceptaran y lo amaran, es como un niño que quiere ser adulto.

Cuando digo que "todos tenemos un payaso dentro", lo digo despues de haber hecho la siguiente reflexion... "los niños entre 1 y 3 o 4 años son puros payasos y tienen incorporadas de forma natural las principales consignas del clown. Todos fuimos niños, luego todos fuimos payasos. Lo que ocurre es que luego crecemos y empezamos a ponernos mascaras, a edificar muros para protegernos de lo externo, no sea que nos haga daño. Y cuando nos protegemos nos estamos defendiendo, escondemos nuestra vulnerabilidad, y olvidamos en definitiva... aquello que fuimos: inocentes, vulnerables, torpes, curiosos, tiernos, tercos, espontaneos, entusiastas, juguetones, emotivos...

Los niños entre 1 y 3 años son 100% clowns, podemos aprender mucho de ellos, pues tienen el "timing", la ingenuidad y algunas de las mas importantes consignas basicas del clown de forma natural, de hecho desde mi punto de vista el clown viene del niño. Os pondre algunos ejemplos:

1- Quieren ser amados por sus padres y en general por el mundo entero (el clown por el publico)

2- Quieren ser como los adultos y tratan de imitarlos (el clown hace lo mismo, desea integrarse e intentara parecerse a la gente "adulta y normal")

3- Son espontaneos y no tienen sentido del ridiculo.

4- Expresan sus emociones a tope y pueden pasar instantaneamente de una a otra.

5- Si un niño de esa edad esta por ejemplo golpeando con un juguete un mueble, parará un momento para mirar a su papa o mama (compartir con el publico), si sus papas se rien, buen rollo (exito) eso significa que hay que seguir golpeando el juguete, si no rien (fracaso) hay que golpearlo con mas fuerza o bien buscar otra via, quizas ir a golpear otro mueble, o golpear el mismo mueble con otro juguete. Los niños siempre que hacen algo, miran al adulto para compartir y buscar su complicidad y su actitud despues de mirarlo dependera de la reaccion del adulto.

6- En general, si los riñes no se defenderan, a lo sumo lloraran o se sentiran en evidencia, pero seguramente se vengaran mas tarde quizas con su actitud hacia ti, o quizas haciendo una trastada mayor aun. (el clown no se defiende ante un ataque y menos de la autoridad, pero luego puede vengarse)

7- Son tremendamente curiosos y cualquier cosa puede sorprenderlos y alucinarlos (capacidad de asombro).

8- Si les regalas un juguete carisimo pueden sacarlo de la caja, dejarlo a un lado, y pasarse horas jugando con la caja y el envoltorio (el mundo al reves).

Podria continuar pero pasare a relataros un par de anecdotas de mi hija cuando tenia 16 meses, la cual a tan temprana edad realizo de forma natural algunos gags clasicos, como cualquier niño claro.

Donde viviamos en ese momento habia muchos olivos y el suelo estaba lleno de olivas. Fuimos a dar una vuelta y ella empezo a recoger olivas hasta tener sus dos manos completamente llenas, entonces se le cayo una oliva y al agacharse para recojerla se le cayeron varias, me miro e intento de recojerlas de nuevo y se le cayeron otras, y asi una y otra vez. El otro gag fue en casa. Teniamos varios globos por el suelo y le pedi que me trajera uno, fue totalmente decidida a cojer uno pero antes de llegar a cojerlo sin querer le dio con su pie y el globo avanzo, me miro sorprendida y lo volvio a intentar varias veces y siempre le pasaba lo mismo. Era de risa total.

A lo que ibamos...

En sus origenes (me remonto a la historia mas inmediata y al payaso que todo el mundo conoce, el de nariz roja) el payaso nace en el circo y es este un payaso (llamado Augusto) ingenuo, torpe y estupido, al que todo le sale mal. Su contrapunto es el clown de cara blanca el cual representa a la autoridad y que es elegante, serio, y poco amigo de bromas. El Augusto siempre arruinara el numero que el clown de carablanca trata de hacer. Llegara tarde, o demasiado pronto, o armara un lio con cualquier cosa. Si tocan una pieza musical, el Augusto siempre se equivocara, desafinara, o ira a destiempo. A pesar de ello en general el Augusto siempre gana, es decir siempre arruina lo que el carablanca trata de hacer y siempre acaba perseguido por este. En su origen el clown era multidisciplinar, osea que ademas de ser payaso solia ser acrobata, musico, malabarista, etc... De hecho gran parte de los payasos de circo empezaron siendo artistas de otras especialidades y al hacerse mayores y no poder realizarlas acababan convirtiendose en payasos.

Actualmente el clown ha cambiado y se ha especializado mas en la parte comica. Ya no existen tanto los clowns multidisciplinarios como antiguamente, aunque haberlos haylos. El clown actual no tiene las mismas caracteristicas que el clown tradicional (aunque puede tenerlas), en general segun mi parecer se ha tendido ha mezclar el clown y el bufon. Es decir el clown de hoy no tiene porque ser especificamente ingenuo por ejemplo, puede ser inteligente e incluso tener un poco de "mala leche".

Podriamos decir que el clown tradicional trabajaba con arquetipos mas universales como el tropezon y el "quiero y no puedo", y el actual incluye, ademas de estos, mas arquetipos psicologicos y juega mas con las emociones del publico, proponiendo tambien situaciones cotidianas con las que el publico se identifica.

En general, la mayoria de los verdaderos clowns pueden ser buenos actores, pero para un actor puede ser mas dificil ser un buen payaso. Lo que no implica que no los haya. Esto es asi porque el registro de un payaso es muy diferente al de un actor. El payaso no interpreta lo que le pasa, lo vive y reacciona a cualquier impulso externo. No esta encerrado en un mundo ficticio (para el clown no existe la cuarta pared como en el teatro convencional), vive en un mundo real que comparte con todos. Como dice de manera magistral Claret Clown: "La cuarta pared en el payaso está detrás del público". Yo lo que siento cada vez que salgo a escena o a donde sea como clown, es como si me conectara con una frecuencia o una dimension que siempre esta ahi, la dimension donde habita el payaso.

Un payaso no es un actor, un payaso es un payaso. Un actor puede componer un personaje a partir de ciertas consignas dadas por el director o por la obra que este interpretando, aunque no tengan nada que ver con su propia personalidad. Pero el payaso existe ya dentro de uno, es uno mismo. Como dijo Roberto Benigni: "El actor inventa o interpreta un personaje, mientras que el payaso encarna el suyo propio". Se trata de observarte, de ver como te mueves, como reaccionas, que tics tienes y entonces llevarlos al limite, a la locura. En cierta forma el clown se basa en tu propio ridiculo. Puedes tener diferentes tipos de clowns ¡¡¡tantos como personalidades en tu interior!!! Pero a pesar de ello habra uno de ellos que sera el predominante, el mas parecido a lo que somos. Ademas actualmente no se escriben obras para clowns, los clowns son siempre los creadores de sus propias obras.

Hay payasos y payasitos... no basta con maquillarse, ponerse un disfraz de ropas amplias de colores, una nariz y hacer muecas para ser payaso. Las sonrisas de plastico no sirven, han de ser autenticas. Hay muchos vendedores de globos, maquilladores de niños, animadores de fiestas infantiles... pero ser un verdadero clown es mucho mas que eso... Un verdadero payaso es aquel que no actua, sino que es, que no se esconde tras la mascara del maquillaje o la nariz (si es que lleva maquillaje o nariz). Para ser un verdadero payaso ha de ser honesto, desnudarse (metaforicamente hablando, o literalmente como Jango Edwards) delante de su publico, tener una vision comica de las cosas, "timing", mirar y ver, escuchar, estar atento, aprovechar todo lo que ocurre a su alrededor, tener intencion, ser claro, no pensar sino accionar, invocar, evocar, provocar. Como dijo Dario Fo: "Creer que se es payaso por ponerse una pelotilla roja en la nariz, un par de zapatos desmesurados y aullar con voz aguda, es una ingenuidad de idiotas".

El ser payaso no se aprende, esta dentro de cada uno de nosotros, es tan solo cuestion de dejarlo salir, de desaprender lo aprendido, de desprendernos de las murallas que hemos edificado para protegernos, de derrumbar las mascaras que nos hemos ido poniendo con lo años y dejar aflorar al niño que todos llevamos dentro y abrir la puerta a la locura interna.

A pesar de que como decia al principio todos "tengamos un payaso dentro", no todo el mundo puede dedicarse profesionalmente. Hacer cursos con buenos maestros puede ser de gran ayuda para encontrar nuestro clown. Y en todo caso, buscar tu clown aunque no vayas a dedicate profesionalmente a ello, te hara descubrir un universo hermoso y puede transformarte tambien como persona.

*Tomado de www.clownplanet.com

domingo, 11 de julio de 2010

LA POÉTICA DEL CLOWN

Sus grandes verdades

- El Clown representa nuestro mejor otro yo y la posibilidad, por tanto, de practicar la esquizofrenia sana.
- El clown es y siempre debe ser auténtico.
- El clown es sincero y espontáneo.
- La mirada del clown es un espejo a través del cual vemos su interior y nuestro reflejo en él. Por tanto, es transparente. Sus intenciones se ven, incluso cuando intenta engañar.
- El clown es apasionado, todo lo siente y lo hace al 100 % de intensidad.
- El clown es la esencia de nuestro niño interior filtrada por las experiencias.
- El clown es creativo y la creatividad se manifiesta en su estado más puro ante las limitaciones
- El clown es un ser libre y, desde esa libertad, se relaciona con el espacio, el tiempo, los objetos y las personas.

Sus emociones

- Las emociones del clown son su plataforma de acción, es decir, detrás de cada acto hay una emoción que lo motiva.
- En el registro emocional de un clown, éste puede pasar de un estado a otro con la misma rapidez que lo sienta dentro de sí.
- Sienta la emoción que sienta, es imprescindible que el clown transmita siempre ternura.
- El clown no es consciente de exagerar. Si lo hace, es debido a su apasionamiento, que le hace creer en la veracidad de su exageración.
- El clown es complejo, es decir, está compuesto de variadas características que conforman sus múltiples rasgos de personalidad, lo cual le confiere una gran riqueza expresiva, emocional y personal.
- El clown tiene una buena autoestima. Cree en su inteligencia, aún cuando ésta le traicione, lo cual ocurre con bastante frecuencia.
- El clown es un ser vulnerable pero no frágil. Al contrario, casi siempre animoso y positivo frente a las dificultades.

Su relación con el exterior

- El clown es curioso ante el mundo que le rodea.
- El clown no acepta más reglas que las que requieren el presente inmediato y el amor y el respeto al ser humano.
- El clown no busca problemas. Se los encuentra constantemente y ello le moviliza.
- El clown no pretende divertir sino divertirse. No busca hacer reír sino el cariño del público. La risa y la diversión se producen como consecuencia del choque entre el espíritu y la lógica del clown, por un lado, y los de la sociedad y los demás, por otro.
- El clown juega constantemente. Es su manera de explorar, de aprender, de conocer, reconocer y relacionarse. Es su forma de vivir.

Sus dualidades

- El clown condensa en sí mismo a Don Quijote y Sancho Panza. Es idealista y pragmático. Soñador y realista.
- El clown es persona de grandes proyectos y objetivos, pero en el camino suele encontrar pequeñas cosas que atraen su atención y se convierten en prioritarias.
- El clown puede ser blando o duro, fuerte o débil. Todo depende de su estado anímico, sus motivaciones y su soledad o compañía.

Su lenguaje

- En la manera de expresar del clown, una imagen vale más que mil palabras, aunque una frase corta a tiempo explica más que mil gestos excesivos.
- En el clown, la comprensión y utilización del lenguaje es lógica y primaria.

Su lado oscuro

- El clown no insulta, expone sus opiniones y/o emociones a través de palabras que juegan ese rol. En su boca, cualquier palabra puede cumplir ese objetivo: cantábrico, entelequia, tontornillo, raciocinio, pinacoteca, toliliputiense, etc.
- El clown no transmite violencia... ni cuando agrede.
- El clown puede conducirse de manera cruel, siempre y cuando se produzca un efecto distanciador de dicha crueldad para el que mira: inconsciencia al hacerlo, exageración al imaginarlo, excentricidad en la forma de realizarlo, rectificación inmediata...

Sus acciones

- En la manera de comportarse del clown, no existen tonterías. Todo lo que hace tiene coherencia, la suya. Eso convierte cualquiera de sus actos, incluso el más absurdo, en normal.
- El clown permanece en constante estado de máxima sensibilidad, es decir, exento de la obligación de tener que hacer algo, y atento a cualquier percepción que le catapulte a hacer.
- El mundo de los payasos gira en torno a sus problemas y cómo resolverlos.
- El clown siempre encuentra solución a cualquier dificultad, su solución clown. Esto es, impensable para cualquier otra persona, pero satisfactoria para él y coherente con su forma de ser.

Ser Clown significa estar Clown.
Percibir, sentir, accionar y relacionarse desde un estado payaso,
que consiste en estar contigo mismo, tendiendo un puente hacia los demás a través de la mirada.
El estado payaso es la suma de todas las particularidades que conforman esta Poética.

Del libro El Clown, un navegante de las emociones, de Jesús Jara. Ed. Proexdra.

LA MÁSCARA MÁS PEQUEÑA DEL MUNDO

No se es payaso sólo con colocarse una nariz roja, pero toda nariz roja es de payaso

Con la nariz de payaso puesta la gente se ríe cuando me mira. La gente se ríe aunque yo no quiera

Me pongo la nariz y soy un payaso aunque no quiera serlo

Una nariz de payaso transforma en chiste todas las acciones de quien la lleva

Con la nariz de payaso puesta ya no se es más uno mismo

Con la nariz de payaso soy yo mismo, amplificado al punto de ser también quienes me miran

Con la nariz de payaso, aún inmóvil, soy entretenido

Para enfrentarse al público los payasos entrenan años. Sin embargo, la nariz de payaso nueva, recién sacada del paquete y sin estrenar, tiene ya completo su poder

El poder del payaso no se reduce a llevar una nariz roja, pero el poder de la nariz roja es independiente al poder del payaso

Mi nariz es de payaso aunque yo no lo sea

La nariz de payaso obra como un talismán, Incluso lo que es serio, dicho con ella puesta incitará a la risa

Con la nariz soy un payaso aunque no pueda serlo

Del libro La nariz del payaso y otros dibujos mentales, de Enrique Enríquez. Editorial Comala.com

“Utiliza en la vida los talentos que poseas: los bosques serían demasiado silenciosos si cantaran sólo los pájaros que mejor lo hacen”
Henry van Dike

BIBLIOGRAFÍA

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• Bergson, Henri. La risa. Editorial Espasa Calpe S.A. Madrid, 1986.
• Carbelo Baquero, Begoña. El humor en la relación con el paciente. Masson, S.A. Barcelona, 2005.
• Castillo, Carles. Mimo: el grito del gesto. Editorial Ñaque, 2004.
• Ceballos, Edgar y otros. El libro de oro de los payasos. Los más famosos y divertidos sketches de circo. Escenología A.C. México 1999.
• Cuéllar, Carlos. Jacques Tati. Ediciones Cátedra S.A. Madrid, 1999.
• Enríquez, Enrique. La nariz del payaso y otros dibujos mentales. Comala.com. Caracas, 02.
• Fabbri, Jacques y André Sallée. Arte del clown. Gremese Editore. Roma, 1984. (En italiano)
• Font, Anton. El mim. Editorial Laia. Barcelona, 1981.
• Higuera Guimerá, Juan Felipe. El circo en España y el circo “Price” de Madrid. Editorial J. García Verdugo. Madrid, 1998.
• Jacobelli, María Caterina. Risus Paschalis. Editorial Planeta. Barcelona, 1991.
• Jara, Jesús. El Clown, un navegante de las emociones. Ed. Proexdra. Sevilla, 2000.
• Jara, Jesús y Alfredo Mantovani. El actor creativo-La actriz creativa, manual para conseguirlo. Ed. Artezblai. Bilbao, 2006.
• Jara, Jesús. Desde mi payaso. Cuadernos de navegación. Ed. Proexdra. Sevilla, 2008.
• Jáuregui, Eduardo. El sentido del humor. RBA Libros, S. A. Barcelona, 2007.
• Jáuregui, Eduardo y Fernández Solís, Jesús Damián. Alta diversión. Alienta Editorial. Madrid, 2008.
• Jáuregui, Eduardo. Amor y humor. RBA Libros, S. A. Barcelona, 2008.
• Johnstone, Keith. IMPRO. Improvisación y teatro. Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile, 1990.
• Keaton, Buster y Charles Samuels. Las memorias de Buster Keaton. Plot Ediciones S.A. Madrid, 1988.
• Klein, Allen. Reír es sano. Ed. Grijalbo Mondadori. Barcelona 2000.
• Koestler, Arthur. El acto de la creación. Londres 1964.
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• Mantovani, Alfredo y Rosa Inés Morales. Juegos de Expresión dramática. Ñaque Editora. Ciudad Real, 1999.
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• Nachmanovitch, Stephen. Free play. La improvisación en la vida y en el arte. Paidós Diagonales. Buenos Aires 2006.
• Rodríguez, Francisco Javier. Risas y lágrimas, historia de los payasos españoles. Territorio Editorial. España, 1990.
• Tortell Poltrona-pallassos sense fronteres, Diaris de viatge. Icaria editorial. Barcelona, 2007. (En catalán)
• Uribe, Mari Luz. La comedia del arte. Ediciones Destino. Santiago de Chile, 1963.
• Varios autores. El valor terapéutico del humor. Editorial Desclée de Brouwer, S.A. Bilbao 2002.
• Varios autores. El circo soviético. Editorial Progreso. Moscú 1975.
• Varios autores. Nàixer al teatre… Nàixer a la vida. Una experiencia educativa. Engrata edicions. Alzira 2004. www.engrata.com (En valenciano)
• Varios autores. Pallassos, una mirada humana del mon. Ajuntament de Xirivella, 2004.
• Varios autores. Risas y humor. Diputació de Lleida-Payasos sin fronteras, 2006.
Varios autores, Tortell Poltrona y Senyoreta Titat. El mon fascinant del Circ Cric. Viena edicions. Barcelona 2007. (En catalán)

lunes, 28 de junio de 2010

No hay nada mejor para la salud que hacer de payaso

Los payasos, históricamente, han tenido un objetivo claro y simple, que a su vez ha coincidido con el papel que la sociedad les ha adjudicado y reclamado: divertir, entretener, alegrar el espíritu, hacer reír. ¡Pero cuántas cosas pueden haber detrás de la risa!

Reímos por timidez, por educación, para caer bien, por nerviosismo, por no llorar. Y cuando vemos un buen payaso, reímos por lo que hace o deja de hacer, pero sobre todo porque nos identificamos con él. Y es que detrás del trabajo del clown hay un arte y el origen de cualquier arte es encontrar una identificación.


Por eso los payasos deben transmitirnos una imagen positiva que nos haga mantener la fe en nosotros mismos, en el ser humano tal como es, con sus virtudes y sus defectos. No aceptaríamos un clown malvado, grosero o antipático porque eso impediría la familiaridad, la identificación. Necesitamos sentir que lo queremos.


De modo que cuando nos identificamos con ellos, reconocemos determinados comportamientos de nuestra vida diaria, y la risa se produce por la sorprendente visión paradójica de lo que conocemos bien. Por ese otro punto de vista sobre algún nuevo aspecto de aquellas cosas que creíamos ya sabidas. Cuando reímos porque un payaso se desespera al no conseguir algo, lo hacemos porque sabemos que nosotros a veces nos comportamos igual, es decir, nos reímos de nosotros mismos y, al hacerlo, nos sanamos. Por tanto, el clown, de alguna manera, contribuye a cicatrizar nuestras heridas, a aportar algo de luz a nuestras sombras.


Actualmente, no existen dudas acerca de los beneficios físicos y psíquicos que el humor y la risa nos aportan. En todo el mundo proliferan organizaciones que lo investigan desde diferentes disciplinas: la antropología, la biología, el arte, la educación, el cine, la literatura, la publicidad, las artes escénicas, la medicina, la filosofía, la sociología o la psicología.


En las terapias de modificación de conducta sus posibilidades son ilimitadas, ya que sacar fuera nuestro clown significa sacar fuera con total libertad nuestros pensamientos y sentimientos más auténticos, primarios y sinceros. Y esa es la base para solucionar cualquier tipo de problema. Como dicen Foulkes y Anthony en Psicoterapia grupal, una situación terapeútica es aquella "donde el paciente puede expresar libremente sus más íntimos pensamientos sobre sí mismo, sobre cualquier otra persona y sobre el terapeuta. Puede tener la certeza de que no está siendo juzgado y que es plenamente aceptado tal como es y diga lo que diga"


Al mismo tiempo se desarrollan nuevas técnicas como la risoterapia, sesiones colectivas en las que la única finalidad es reír, para el tratamiento de la depresión, la ansiedad o la angustia.


Desde 1985 funciona en Francia la Societé Francaise de Clownanalyse. Consiste el invento en asistir a todo tipo de encuentros, asambleas, congresos o seminarios como oyentes para posteriormente intervenir como payasos a modo de ponentes. La agudeza y la capacidad de observación del clown, teñida por un punto de vista ingenuo, primario, no contaminado, junto a la comicidad que eso produce entre los reunidos, aportan una nueva visión sobre los diferentes temas o problemas que cada acontecimiento está tratando. Esa visión se convierte, de hecho, en un conjunto de nuevos elementos de debate que revierten automáticamente en las siguientes sesiones de trabajo.


Aparecen organizaciones como Payasos sin Fronteras, que tiene la finalidad de mejorar la situación sicológica de las poblaciones de campos de refugiados y zonas de conflicto y/o exclusión, sensibilizando a la sociedad y promoviendo actitudes solidarias.


Los payasos trabajan cada vez más en los hospitales como un elemento más del tratamiento de recuperación de los enfermos en el aspecto físico, anímico y emocional e incluso, en nuestro país, desde 2002, Jordi Baiget imparte una asignatura en la facultad de Medicina de Lleida con el nombre de La risa y su expresión como labor terapéutica. Técnicas de clown para estudiantes de Medicina.


Tiempo atrás, hubo una campaña de Médicos sin Fronteras que, más o menos, tenía como eslogan: "Nosotros, que hemos combatido tantas epidemias, sabemos que sólo existe una invencible, la risa".


Y en la universidad de Alcalá de Henares funcionan una cátedra, un museo y una fundación del Humor, que aglutinan a su alrededor varias facultades.


Hay una coincidencia, pues, desde distintos ámbitos, en reconocer el efecto beneficioso y curativo que tienen el humor y la risa: mejoran la circulación sanguínea, dilatan los vasos, relajan músculos, oxigenan pulmones, eliminan toxinas y producen endorfinas, conocidas como hormonas de la felicidad. Por otro lado, nos permiten ajustar nuestra manera de comportarnos en el entorno que vivimos, disminuyen de manera sutil la desazón que provocan las relaciones interpersonales, mejoran nuestras posibilidades de relación y facilitan la supervivencia frente al estrés al que nos enfrentamos a diario. Pero, sobre todo, contribuyen a cerrar las malas experiencias y a confiar en un futuro mejor.


Pues bien, el payaso es uno de los mejores transmisores de la risa y el humor que la humanidad haya descubierto jamás.


Pero no es sólo eso. Los payasos, con su ternura y su transparencia, nos ofrecen también todo un abanico de emociones que forman parte de la esencia del ser humano. Sus muecas reflejan dolor, ilusión, escepticismo, picardía, tristeza, amor, rabia, alegría. Hay clowns que parecen niños, otros se comportan como gamberros adolescentes, los hay que parecen adultos intentando mantener las formas y algunos reflejan la serenidad y el cansancio físico de la vejez. Nos ayudan, por tanto, a comprender mejor a los demás y a nosotros mismos, a aceptarlos y a aceptarnos. Devienen así en un espejo del ser humano.


Las parejas de payasos nos recuerdan que nos debatimos constantemente entre lo que queremos y lo que debemos hacer. El payaso augusto del circo, siempre rebelde. El cara blanca, por el contrario, responsable y autoritario. El alma del payaso representa el alma del ser humano: los opuestos, las contradicciones, la dualidad. El idealismo y el pragmatismo, la fuerza y la fragilidad. Son como un libro abierto para reflexionar desde la ternura y la risa.


El clown basa una gran parte de su repertorio, de su inspiración, en imitar lo que ve, en reproducir nuestras conductas. En parodiar, es un trasgresor, un perspicaz observador de la realidad circundante. Debe serlo, pues la risa sólo se produce cuando lo que se presenta al público es referencial para él. Un payaso ruso, Karandash, decía que "la risa no es un objetivo, es un medio que lleva la idea hasta el entendimiento". Recuperaba así la vieja fórmula latina ridendo castigat mores: riendo se corrigen las costumbres.


Bergson, en su lúcido ensayo La risa, sostiene que "el arte del poeta cómico consiste en hacernos conocer perfectamente esos vicios, en introducirnos a nosotros, espectadores, en su intimidad"


Los clowns del cine mudo, Chaplin y Keaton, reflejaron en sus películas el devastador desarrollo industrial que se nos venía encima, nos advirtieron de lo absurdo que resulta un exceso de mecanización en el hogar, alertaron al mundo sobre el auge del fascismo. Ahí están sus geniales películas Tiempos modernos, La casa eléctrica o El gran dictador.


Por otra parte, esto no es nuevo. Durante siglos los payasos y otros tipos de cómicos han ejercido de elementos curativos personificando los síntomas de la enfermedad de manera excéntrica o provocando la risa donde antes había miedo, como los payasos demonios de Ceilán y los de otras sociedades atávicas en las que eran considerados una especie de amuleto o antídoto contra los malos espíritus.


Así se cierra el círculo de la historia. Y el payaso vuelve a sus orígenes más ancestrales, en los que su arte se desarrollaba en la tribu, o como dice Margot Berthold en su libro Historia social del teatro, "en el ancho subsuelo de los impulsos vitales originarios del que brotan las misteriosas fuerzas de la magia, el conjuro y la transmutación". Para dar la vuelta al orden establecido, a la normalidad, y posibilitar así una apertura al caos. No en vano, la trasgresión es carta de naturaleza del payaso.

Sin embargo, a pesar de lo expuesto hasta ahora, en la actualidad aún estamos lejos de conseguir que la mayoría de la población entienda y acepte estas cualidades, estos beneficios del clown para la sociedad. Expresiones como "¡Eres un payaso!" o "¡Deja de hacer payasadas!", dichas despectivamente, indican que nuestra actividad, la de los payasos, aún no se considera de suficiente valor, interés o utilidad. Evidentemente, la larga historia de los cómicos, asociada a veces a actividades presuntamente pecaminosas, como lo era la simple risa para la Iglesia durante mucho tiempo, ha hecho que su status social siga siendo delicado, salvo para los consagrados. Y éstos, más por sus ingresos económicos que por la calidad o el espíritu de su arte.


A todas las personas que aún tienen reparos ante el oficio del payaso, habría que recordarles estas bellas palabras de Federico Fellini: "No hay nada mejor para la salud que hacer de payaso. Nunca apoyaremos bastante a los que tengan esta vocación. Y en último lugar, se ganan muy bien la vida, igual que en otro empleo cualquiera. ¿Porqué será que los padres se obstinan en hacer de su hijo un empleado, un funcionario, y no un payaso?"

(de la Escuela de Payasos: Los Hijos de Augusto)